“No hay control suficiente (en las
instituciones); hay presencia del control en no más del 8% de los municipios
distritales. Allí no tienen oficinas de control”, dijo el Contralor General de
la República, Nelson Shack.
“Hay dos
terceras partes de las instituciones públicas que no saben lo que es el
control”, remarco, y ese es el enfoque de la reforma que quiere darle el nuevo
contralor a poco más de 20 días de asumido el cargo.
Y es que
el funcionario Nelson Shack indicó que la Contraloría no es capaz hoy de
supervisar a todas las instituciones del Estado. Es más, indicó que ha habido
una preocupación sobre el Gobierno central y los regionales, pero descuido en
los municipios distritales.
Para el
contralor, se “tiene la cancha libre para hacer lo que quieren con el dinero
público”, siendo los municipios los que reciben el grueso del dinero.
Señaló
que los alcaldes, por ejemplo, no rinden cuenta a nadie, pese a que la
ciudadanía observa “por años” actos de corrupción.
“Ser alcalde
es un gran negocio para aquellos que han traicionado su vocación de servicio”,
consideró.
Cambios
en la Contraloría
El
contralor Nelson Shack dijo que para a medida para enfrentar esta situación,
habrá que reestructurar el sistema de control.
Reveló
que ya se puso en contacto con el Congreso, a fin de ser convocado en la
primera o segunda semana de setiembre. Allí presentará su plan de trabajo, así
como los proyectos de ley para reformar la Contraloría.
“Necesitamos
la reestructuración del sistema para redistribuir los recursos humanos; hacer
control aleatorio e itinerante a cada uno de los municipios, hacer una
intervención focal y no invasiva. Los métodos de la Contraloría son muy
manuales”, detalló en Agenda Política.
En esta
línea, sostuvo que la Contraloría debería tener acceso a las bases de datos de
diversas instituciones, a fin de hacer cruces de información y hacer control en
línea.
Números
que preocupan
Nelson
Shack indicó que existen tareas que no se han podido cumplir. Un ejemplo claro
es que el año pasado 54,000 funcionarios públicos presentaron sus declaraciones
juradas de bienes y rentas.
Dijo que,
de este universo, solo se pudo evaluar preliminarmente a 800 y fiscalizar solo
36. El problema es que el próximo año, tras una reforma legislativa, la
Contraloría recibirá medio millón de declaraciones.
“Hay que
recomponer eso. Hay muchos mecanismos de control que no son eficaces, no
agregan valor, generan una falacia”, refirió.
Para el
contralor, el énfasis que le dará a la reforma que planea es la prevención y la
detención de irregularidades. Al ser consultado si la Contraloría debe ser
vista como un ‘cuco’, como hoy le sucede a la Sunat, o ser al amigo de todos,
Nelson Shack indicó que en el mediano plazo es mejor ser la segunda opción.
“Por eso
nuestra apuesta es migrar nuestro enfoque punitivo (…) Hemos perdido el balance
entre el enfoque sancionador y el preventivo”, aclaró.
Fuente
Diario Gestión
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