El domingo 2 de junio de 2019, se hizo
presente en el local Ferrer Av. Pirámide del Sol, Urb. Zárate, distrito de San Juan
de Lurigancho “Los Negritos del Corpus Christi” del distrito de Víñac con
motivo de homenajear al “Señor de la Ascensión de Cachuy” del pueblo San
Antonio de Achín, distrito de Carania, provincia de Yauyos. En esta festividad
estuvo presente el devoto Sr. Diomides Dionicio Inga, ex –alcalde de la
provincia con el cargo de mayordomo mayor. Este no dejaba de bailar en compañía
de su bella hija al compás de la Banda Temerarios Pampaña-Yauyos y la orquesta
Expresión Yauyina. También se hizo presente Banda Llaqwa del anexo de
Yuncaipara, distrito de Madeán conducido por su Director Isidro Huaruco Perales,
hijo del recordado músico Alfredo Huaruco Peve.
Es la tercera vez llegan a la capital los
Negritos de Corpus Christe del distrito de Víñac, auspiciado por el dinámico y
pequeño gigante Wilson García Guerra y del Sr. Urtado Evangelista Quispe. Esta
presentación lo hace con el fin de preservar y resaltar nuestras tradiciones y
costumbres dejadas por nuestros ancestros. No podemos olvidar a los grandes
cultores de esta danza; por Víñac: Capitán Mayor Isaac Odría Zerpa, caporales
Pablo Chávez y Gavino Huari (QEPD), por Madeán, Juvenal Yauri, por Huangáscar
Javier Gonzales Girón (QEPD). Ahora han aparecido nuevos discípulos que
practican en el terruño y lo difunden en la capital, siendo la admiración de
propios y extraños especialmente de turistas que eventualmente visitan nuestra
tres coronada Villa.
En esta ocasión los Negritos del Corpus
Christi acompañado por su malero Gregorio
Barrios Vicente, (quien toca el
pincullo y la tinya), inició la demostraron de su danza en la Plaza San Martín,
siguió por el Jr. Unión, llegó a la Plaza de Armas y se estableció en el Parque
Chabuca Grande. El promotor Sr. Wilson García Guerra deseaba presentarlo en la
Festividad del Señor de la Ascensión de Cachuy que organizaba la Hermandad del
pueblo de Achín. Allí lo esperaba el Sr. Richard Monterrozo Vargas, Presidente
de la Junta Directiva y sus miembros recibiendo a sus invitados con un
pantagruélico almuerzo y la infaltable cerveza.
El local estuvo abarrotado por feligreses de
los Negritos del Corpus Christi, este hizo gala de su sabiduría dancística, los
caporales: Cleopatra Perales Huari, Urtado Evangelista Quispe, Pedro García
Huari, Rogelio Evangelista Cicilo Guerra y Adrián Chupayo y los negritos: Daniel Utcañe, Julio Gonzales, Martín Guerra,
Emil Santos y Percy Rojas. Asistieron personalidades del lugar: Nino Quispe
Carrión y Olimpo Espilco, alcalde y regidor de la Municipalidad de Víñac,
Marcelina Meneses Ordóñez, Rosa Evangelista Huari, Milagros García Meneses,
Diógenes Madueño Guerra, Felicia Ramos Rojas, Gregorio Chulluncuy Guerra Reyna
Guerra Espinoza y las hermanas María y Elena Urcañe, y otros.
ORIGEN
DE LA DANZA DE LOS NEGROS
En esos lugares apartados los esclavos
negros añoraban las costumbres de su lugar de origen y en las noches de luna
llena mientras sus patrones descansaban, ellos se dedicaban danzar igual como
lo hacían en su tierra. Las negras esclavas se dedicaban a las labores
domésticas.
La danza de los Negritos de Víñac,
denominado “Danza de las tijeras”, llegaron desde la ciudad de Ayacucho por el
constante roce con personas de ese lugar. En la Colonia el Virrey don Agustín
de Jáuregui, modificó el viaje de los postillones de Huarochirí, nevado
Pariacaca, Jauja, Huancavelica y el Cusco, por la nueva ruta de Lima Cañete,
Lunahuaná, Huangáscar, Víñac, Turpi y Cotay, Huancavelica, Ayacucho y el Cusco.
En la República la música, bailes y otras costumbres se quedaron en Víñac, unas
veces por los “apañadores” de algodón que anualmente viajaban a las grandes
haciendas del valle de Cañete.
En Víñac también hubo negros esclavos
que los españoles lo trajeron en la explotación de minerales. Recuerdo, cuando niño,
bajaba del pueblo al río Auquichanka, observé dos grandes socavones,
abandonados de tiempos de la Colonia. Mi abuelo Juan Onofre Ch.Ramos Giró, me
decía que los explotaba, uno de ellos Lino Sánchez Armas y el otro César Leyva
Mendoza. Dice la historia que Víñac entregaba anualmente quintos de plata y oro
a la corona española. Por Manuel Madueño Ramos.
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