lunes, 10 de junio de 2019

APOTEÓSICA PRESENTACIÓN DE LOS NEGRITOS DE VÍÑAC EN LA FIESTA DE ACHÍN- YAUYOS.


      El domingo 2 de junio de 2019, se hizo presente en el local Ferrer Av. Pirámide del Sol, Urb. Zárate, distrito de San Juan de Lurigancho “Los Negritos del Corpus Christi” del distrito de Víñac con motivo de homenajear al “Señor de la Ascensión de Cachuy” del pueblo San Antonio de Achín, distrito de Carania, provincia de Yauyos. En esta festividad estuvo presente el devoto Sr. Diomides Dionicio Inga, ex –alcalde de la provincia con el cargo de mayordomo mayor. Este no dejaba de bailar en compañía de su bella hija al compás de la Banda Temerarios Pampaña-Yauyos y la orquesta Expresión Yauyina. También se hizo presente Banda Llaqwa del anexo de Yuncaipara, distrito de Madeán conducido por su Director Isidro Huaruco Perales, hijo del recordado músico Alfredo Huaruco Peve.
     
Es la tercera vez llegan a la capital los Negritos de Corpus Christe del distrito de Víñac, auspiciado por el dinámico y pequeño gigante Wilson García Guerra y del Sr. Urtado Evangelista Quispe. Esta presentación lo hace con el fin de preservar y resaltar nuestras tradiciones y costumbres dejadas por nuestros ancestros. No podemos olvidar a los grandes cultores de esta danza; por Víñac: Capitán Mayor Isaac Odría Zerpa, caporales Pablo Chávez y Gavino Huari (QEPD), por Madeán, Juvenal Yauri, por Huangáscar Javier Gonzales Girón (QEPD). Ahora han aparecido nuevos discípulos que practican en el terruño y lo difunden en la capital, siendo la admiración de propios y extraños especialmente de turistas que eventualmente visitan nuestra tres coronada Villa.
    
En esta ocasión los Negritos del Corpus Christi acompañado por su malero Gregorio
Barrios Vicente, (quien toca el pincullo y la tinya), inició la demostraron de su danza en la Plaza San Martín, siguió por el Jr. Unión, llegó a la Plaza de Armas y se estableció en el Parque Chabuca Grande. El promotor Sr. Wilson García Guerra deseaba presentarlo en la Festividad del Señor de la Ascensión de Cachuy que organizaba la Hermandad del pueblo de Achín. Allí lo esperaba el Sr. Richard Monterrozo Vargas, Presidente de la Junta Directiva y sus miembros recibiendo a sus invitados con un pantagruélico almuerzo y la infaltable cerveza.
    El local estuvo abarrotado por feligreses de los Negritos del Corpus Christi, este hizo gala de su sabiduría dancística, los caporales: Cleopatra Perales Huari, Urtado Evangelista Quispe, Pedro García Huari, Rogelio Evangelista Cicilo Guerra y Adrián Chupayo y los negritos:  Daniel Utcañe, Julio Gonzales, Martín Guerra, Emil Santos y Percy Rojas. Asistieron personalidades del lugar: Nino Quispe Carrión y Olimpo Espilco, alcalde y regidor de la Municipalidad de Víñac, Marcelina Meneses Ordóñez, Rosa Evangelista Huari, Milagros García Meneses, Diógenes Madueño Guerra, Felicia Ramos Rojas, Gregorio Chulluncuy Guerra Reyna Guerra Espinoza y las hermanas María y Elena Urcañe, y otros.
      
El auditorio estuvo colmaban por personas de diversos pueblos de la provincia de Yauyos. Los negritos, al compás de la música del malero, empezaron a demostrar sus habilidades en la danza, satirizando los diversos hábitos y formas de vida de nuestra comunidad. Por ejemplo, empiezan haciendo el barbecho con una andanada de juegos de los pies que suenan los cascabeles y las tijeras en la mano. Los negros se burlan con su propio lenguaje diciendo: “dare buro”, “dare buro” por dale duro; o cuando dice: “área buro”, “área buro” por arrear al jumento o el “lava curo”, al color blanco “branco” para terminar con una voz gutural de guuuurrrrrrrrrrrrrrrrrr, guuurrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr. El humor, la sátira y la risa siempre están presentes
ORIGEN DE LA DANZA DE LOS NEGROS
      
La inmigración de la población africana se inicia mucho antes de 1532 con el arribo de los conquistadores españoles. La historia nos dice, los primeros melanodermos llegaron al Perú con Túpac Inca Yupanqui después que este volvió en su viaje por Oceanía, pero la mayoría provenían del África aportando una cultura propia con sus creencias mágico-religiosas, una mezcla de lo sagrado con lo pagano en sus cantos, costumbres y bailes.  Una vez que llegaron a nuestro territorio fueron enviados como esclavos a diversos lugares de la Costa, la región Andina a falta de mano de obra por la mortandad de los aborígenes, unas veces por enfermedades y otras por manos de los invasores.
    En esos lugares apartados los esclavos negros añoraban las costumbres de su lugar de origen y en las noches de luna llena mientras sus patrones descansaban, ellos se dedicaban danzar igual como lo hacían en su tierra. Las negras esclavas se dedicaban a las labores domésticas.
    La danza de los Negritos de Víñac, denominado “Danza de las tijeras”, llegaron desde la ciudad de Ayacucho por el constante roce con personas de ese lugar. En la Colonia el Virrey don Agustín de Jáuregui, modificó el viaje de los postillones de Huarochirí, nevado Pariacaca, Jauja, Huancavelica y el Cusco, por la nueva ruta de Lima Cañete, Lunahuaná, Huangáscar, Víñac, Turpi y Cotay, Huancavelica, Ayacucho y el Cusco. En la República la música, bailes y otras costumbres se quedaron en Víñac, unas veces por los “apañadores” de algodón que anualmente viajaban a las grandes haciendas del valle de Cañete.
       En Víñac también hubo negros esclavos que los españoles lo trajeron en la explotación de minerales. Recuerdo, cuando niño, bajaba del pueblo al río Auquichanka, observé dos grandes socavones, abandonados de tiempos de la Colonia. Mi abuelo Juan Onofre Ch.Ramos Giró, me decía que los explotaba, uno de ellos Lino Sánchez Armas y el otro César Leyva Mendoza. Dice la historia que Víñac entregaba anualmente quintos de plata y oro a la corona española.  Por Manuel Madueño Ramos.

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